V
Un
día busque un lugar para encontrarme
conmigo y con el creador, un espacio
para pensar, aislado de las risas, lamentos y distracción, un viaje para
explorar lo más íntimo de mi ser, donde no pueda ser interrumpida mi atención,
por el bullicio del frente, de atrás de al lado. Es una atmósfera espiritual,
donde puedo estar con Dios, el creador del universo, que me hizo en lo profundo, en el vientre de mi madre.
Quizás ese lugar puede ser de cuatro paredes o un bosque, donde mis pulmones se alegren por el aire fresco, o puede ser entre rocas, arena, donde pueda sentir la
brisa del mar y sentir esas olas que me invitan a nadar. A lo mejor puedo estar sentado en la esquina de ese
viejo edificio abandonado, donde los niños despreciados lo usan como refugio,
pero quizás no importa el lugar, lo importante es el ambiente de soledad, donde
puedo hacer un inventario de mi pasado, revisar con precisión mis éxitos y
fracasos.
Observar mis errores como maestros, que me enseñan el nuevo camino a
emprender y los éxitos será una
inspiración para recordar mi capacidad, el talento y el gigante que llevo dentro.En
ese espacio donde puedo hablar con él, contarle mis tristezas y alegrías, donde
puedo presentarle mi plan estratégico para lograr mis sueños, pero allí en ese
ambiente de soledad, donde hay paz, quietud, donde puedo sentir su presencia
divina, allí comienzo a renovarme, así
como el águila golpea su pico contra las rocas, para que le nazca uno
nuevo más fuerte, así mismo comienzo a
salir de mi vieja vida de mediocridad, dejando atrás la derrota, el pensamiento negativo y la vanidad. Que
viaje tan intenso a mi interior, a lo
profundo de mí ser, porque allí en lo profundo encontré el temor, el que
destruye la actitud y la creatividad.
Busqué todo lo que me impedía crecer y ser mejor persona, en cada viaje a mi interior me esforcé por encontrar y sacar a todos los enemigos de mi felicidad y lo hice una y otra vez, hasta que mi corazón quedo limpio de todo despojo de pesimismo y mediocridad.
Busqué todo lo que me impedía crecer y ser mejor persona, en cada viaje a mi interior me esforcé por encontrar y sacar a todos los enemigos de mi felicidad y lo hice una y otra vez, hasta que mi corazón quedo limpio de todo despojo de pesimismo y mediocridad.
¡¡ Ha que viaje a mi
interior ¡! Lleno de obstáculos pero de gran valor y en ese viaje no iba sólo,
iba con esa fuerza poderosa, inteligencia infinita, el poder superior, él es especialistas en
cambiar a las personas, en sacar todo lo que hace daño al corazón, a él le llaman el alfarero, porque del polvo de
la tierra creó al hombre, moldeándolo dándole esa figura y esa apariencia de lo que ahora somos,
“hechos a su imagen y semejanza”. También le llaman el carpintero porque en su taller transforma la tosca madera en un hermoso
mueble de gran valor.
Él se encarga de cortar, raspar, pulir y pintar hasta que la pieza pueda ser
deseada y entregada. Hace tiempo Dios tocaba la puerta de mi
corazón, para ir a lo profundo de mi
interior, pero siempre me resistía, pensando que no necesitaba cambiar, hasta
que llegó el momento
que no pude más continuar, entonces
decidí, que tenía que cambiar y que mejor
manera si él era mi guía, mi luz en la oscuridad, mi compañero en la
soledad.
Libro. (Dònde està mi èxito. Josè Velàsquez)
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