Aquel día fue fantástico, espectacular, los pájaros cantaban al unísono, el sol brillaba más fuerte que nunca y por primera vez abrí los ojos y observe el mundo que me rodeaba. Dos rostros sumamente contentos, su sonrisa era de oreja a oreja, eran mis padres. Crecí cada día en aquel barrio, cerca de montañas y un rio, la escuela estaba a solo unos pasos de mi casa y allí aprendí a conocer las letras y mi mente comenzó a recibir conocimiento de la vida. En mi adolescencia conocí al creador que da vida, también conocí al demonio que da muerte. En la oscuridad y en lo secreto me deje arrastrar por la marea del temor, este se alojó y comenzó a vivir en el reino de mi mente subconsciente. Los años pasaron y crecí en estatura y conocimiento de la vida, pero también creció el temor dentro de mí y como monstruo evolucionaba cada día, llevándome a senderos de infortunios y fracasos.
Y en ese laberinto de
emociones negativas le echaba la culpa al viento, a la tierra y al mismo
demonio, realmente me estaba sintiendo muy mal. Pero un día un hombre sabio me
dijo: - “El mundo es un espejo, recibimos de la vida no lo que deseamos, si no
quiénes somos” La curiosidad me sedujo y me miré en el espejo de la vida, ¡y cuál fue mi sorpresa! El monstruo del temor estaba parado junto a
mí, y era muy grande, tomado de mi mano, ¡ese
monstruo de temor lo había creado Yo!
Ese temor era el responsable de destruir mi actitud y la creatividad, me
hacía verme pequeño e insignificante y que nunca iba a lograr nada en la vida.
Me mantuvo encadenado y esclavizado por mucho tiempo, hasta que lo enfrente, con el poder de la fe.
Después de una larga batalla
lo derrote y lo corrí, me sorprendí al conocer que ese monstruo del temor es
solo una “ilusión”, una neblina frágil, pero cuando lo hacemos crecer es muy
poderoso, y nos lleva a la mediocridad y
al fracaso. El prometió volver, y me dijo:- “Cuando infrinjas las leyes divinas, volveré a ti”. Ahora me
explico cómo creció ese temor dentro de mí,
como se alojó en el reino de la
mente subconsciente. La violación de las leyes del creador y el entorno
negativo, dio a luz a la indecisión, y esta se cristalizo y dio a luz a la
duda, la evolución de la duda creo el temor. Desde el comienzo de la
civilización, esta batalla comenzó en el jardín del edén, y ahora se libra en
la mente de millones de personas en todo el mundo. La mayor discapacidad de
todos los tiempo es el temor. Pero el
temor, es solo una ilusión.