sábado, 25 de abril de 2020

EL VIAJE POR LA VIDA















Cuando ya tenía mi meta definida, decidí  partir del puerto con mi  barco lleno de ilusiones y sueños, lleno de alegría, entusiasmo, decidido a conquistar el mundo.  De inmediato el barco empieza a fallar, se detiene y no puede más navegar, se acerca la noche con una fría tempestad, entonces mi alegría se convierte en tristeza, mi entusiasmo en reproches  y mi actitud empieza a  bajar.  Aquella noche parece eterna, las cataratas del cielo  no se pueden cerrar. Mi barco a la deriva perdido está,  y comienzo a cuestionarme el por qué emprendí  ese viaje  hacia el más allá, ya que ahora era un fracaso del que no podía remediar. Pero en medio de la tempestad mire al cielo como un instinto desde mi interior que  me podía salvar,  al pensar y  hablar con el creador, comprendí que podía perderlo todo, menos mi “voluntad”, yo decido como sentirme bien o mal, no importando las circunstancias  en la vida, pero en medio de la tempestad, decidí sentirme feliz, y a si poder ver más allá  y aunque todo estaba nublado yo  vi  la felicidad.

El día tan anhelado llegó, un día hermoso con el sol radiante que pegaba en mi frente, la  brisa fresca y suave que podía sentir filtrándose entre mis dedos. De lejos pude visualizar  la isla donde tenía que llegar, y aunque el camino era largo la tormenta de la noche anterior me había ayudado, metiéndome en una corriente que mi camino había acortado, y  llegué, cumplí mi sueño, no por casualidad, no por el destino, si no  porque yo decidí sentirme feliz, en medio de la adversidad.  Entonces comprendí que los problemas no existen y que los fracasos solo son  pistas que la vida me  pone cuando me  estoy acercando a  mi  meta, a mis  sueños. Si mi barco no se hubiera  arruinado y la tormenta no me hubiese atrapado jamás habría llegado a mi destino tan deseado.

Con los golpes de la vida aprendí  a ser mejor persona, aprendí a convertir los problemas en oportunidades, hacer de un limón una limonada, la vida es bella y hay que disfrutarla en cada momento. Las personas de éxito no tienen tiempo para deprimirse, solo tienen tiempo para lograr sus sueños, solo tienen tiempo para ser feliz. Porque no hay montaña tan alta,  que no pueda  subir, no hay tempestad tan grande que no  pueda vencer, porque si Dios está conmigo ¿Quién contra mí?.  Te motivo a seguir adelante, cree en tu corazón que es posible lo imposible y  que puedes  lograr cualquier meta que te propongas,  cree en Dios y en ti, nunca te rindas, nunca te des por vencido, nunca desistas.       

Libro. (Dònde està mi èxito. Josè Velàsquez)                                  

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